[Análisis]
El
texto es una fuente primaria, histórica-circunstancial, de carácter público y
contenido político-social. Se trata del manifiesto fundacional del PSOE,
dado a conocer en julio de 1879. Su
autor es colectivo, ya que se trata de los miembros fundadores del PSOE
(médicos, obreros, tipógrafos), entre los que destaca Pablo Iglesias, líder y
fundador del PSOE y la UGT (en 1888) y también primer diputado socialista que
fue diputado en el congreso en 1910. Es un documento público cuyo destinatario
es el proletariado, con la intención de analizar la sociedad de clases y dotar
al partido de un programa político que les permitiera conseguir su objetivo
principal: la emancipación de la clase trabajadora y la abolición de las clases
sociales.
El texto recoge algunos de los principios del
marxismo, base ideológica del PSOE. La idea principal, la cual se convierte en
objetivo a perseguir, es la aspiración de la clase trabajadora a su emancipación y, con ello, la desaparición de las clases sociales.
Comienza haciendo un análisis de la
sociedad de clases, la cual consideran injusta
debido a la existencia de una clase
dominante o poseedora de los medios de producción, la burguesía, y una clase dominada económicamente por
aquella, la clase trabajadora, lo cual es fuente de “esclavitud en todas sus
formas”. Argumenta que esta desigualdad, además, viene respaldad por el hecho
de que la burguesía monopoliza el poder
político. Todo ello justifica dos aspiraciones por parte del proletariado:
en primer lugar, la toma del poder
–lucha de clases- como vía para conseguir su emancipación y, en segundo lugar, la transformación de la propiedad
privada –“individual o corporativa”-, en propiedad colectiva, con el fin de
conseguir una sociedad igualitaria
en la cual no existan clases sociales.
[Desarrollo y explicación del problema
histórico así como su contexto]
A
pesar de la débil y localizada industrialización española del s. XIX, las duras
condiciones de trabajo, las desigualdades sociales y la ausencia de legislación
laboral generaron el surgimiento de un incipiente movimiento obrero que tendrá
sus primeras manifestaciones en el 1/3 del s. XIX con la aparición de los
conflictos luditas y agrarios, la recepción de las ideas del socialismo utópico
y las primeras asociaciones de trabajadores de socorro mutuo (como la Asociación
de Protección mutua de Trabajadores de Algodón creada en 1840). Pero el
movimiento obrero, organizado y con conciencia de clase, surgirá a finales del
reinado de Isabel II y especialmente a partir Sexenio Democrático cuando se
reactive el movimiento obrero gracias al marco de libertad establecido con la
Constitución de 1869. En 1870, se creó en Barcelona la Federación Regional
Española de la AIT con una fuerte influencia anarquista que construyo
federaciones. La división entre socialistas y anarquistas (gracias a la acción
de un representante de este movimiento, Giuseppe Fanelli) opuestas a la
participación política. En 1871, llego a Madrid Paul Lafargue, yerno de Marx,
con el fin de impulsar la organización de grupos obreros de orientación
marxista. La federación madrileña, marxista, fue expulsada en 1872, formando la
Nueva Federación Madrileña, germen del PSOE. De este modo se reproduce en
España el enfrentamiento ideológico dentro del movimiento obrero entre las
posiciones anarquistas (huelga general como arma fundamental del proletariado,
apoliticismo, desaparición del Estado, acción directa, etc.) y las marxistas
(toma del poder político, dictadura del proletariado, Estado fuerte dirigido
por la clase obrera, etc.).
Durante la Republica (1873-4), se extendió y
radicalizó el movimiento obrero, pero la ilegalización de las asociaciones
obreras con la Restauración Borbónica en el marco de la Constitución de 1876,
supuso una fuerte represión de estas y su refugio en la clandestinidad. Es en
este contexto, cuando el ferrolano Pablo Iglesias que, en 1870 había ingresado
en la sección de tipógrafos de la AIT de Madrid, se convierte en miembro de su
Comité Federal. Tras unos contactos previos, el 20 de julio de 1879, en Madrid
40 personas obreros tipógrafos en su mayoría y algunos intelectuales,
encabezados por Pablo Iglesias firman el manifiesto fundacional del PSOE.
Utilizan un semanario en 1886, El Socialista, para difundir sus propuestas. El
recién creado partido, al igual que otros partidos socialistas europeos (SPD
alemán fundado en 1875), se define como marxista y revolucionario. El punto de
partida es la injusticia que genera la sociedad capitalista. A los privilegios
de la burguesía oponen la situación de la clase trabajadora a la que consideran
sin derechos y sin poder político que se ocupara de sus necesidades. Con la
necesidad de diferenciarse del discurso y estrategia anarquista (ambos coinciden
en la emancipación del proletariado y el igualitarismo) hacia el cual se
inclinaban la mayor parte de los trabajadores, entendían que la emancipación de
los trabajadores pasaba por la creación de un partido obrero capaz de hacerse
con el poder político y, a partir de ahí, construir un Estado fuerte (dictadura
del proletariado, según definió Marx en la I Internacional) que se apropiara de
todos los medios de producción (desaparición de la propiedad privada) y diera
paso a una nueva sociedad sin diferencias de clase (comunismo).
Para alcanzar esta democracia obrera que diera un
paso al comunismo era necesario sensibilizar al trabajador para la lucha
tomando conciencia de sus posibilidades. Esta lucha estaría apoyada por el
sindicato marxista UGT (Unión General de Trabajadores), creado en 1888 en
Barcelona por 42 delegados, entre ellos Pablo Iglesias. El sindicato acabaría
aproximándose al PSOE (todo afiliado a la IGT debía estarlo al PSOE y
viceversa), llegando a coincidir los líderes de ambas organizaciones, de forma
que el partido llevaría la iniciativa política del socialismo y el sindicato la
defensa de los intereses laborarles de los trabajadores. Entre las
reivindicaciones políticas de los socialistas aparecen cuestiones como la
defensa del derecho de asociación, la libertad de prensa, voto universal,
abolición de la propiedad privada, etc. Y laborales, como la reducción de la
jornada de trabajo a ocho horas o la prohibición del trabajo infantil.
Los primeros núcleos socialistas importantes surgieron
en Madrid, Asturias, Vizcaya y Málaga. En otras zonas industriales, como
Cataluña o Levante, así como entre los campesinos de la mitad sur de la
Península, el dominio fue siempre anarquista (organizados desde 1881 en la
Federación de los trabajadores de la Región Española)
A pesar de definirse como revolucionarios, siempre
mantuvieron posiciones bastante prudentes y moderadas que les permitieron
llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas como los republicanos. A
comienzos del siglo XX, los socialistas conseguirían obtener sus primeros
cargos como concejales y en 1910, su primer escaño en el Congreso (el de Pablo
Iglesias, gracias a la llamada Conjunción Republicano-Socialista), alcanzando
lentamente una mayor presencia pública y un incremento de afiliados. Sera
durante la Segunda Republica y la Guerra Civil cuando el partido alcance un
notable protagonismo.
En resumen, este manifiesto representa el
nacimiento del primer partido obrero de carácter marxista en España, una
corriente ideológica que tendrá una presencia cada vez mayor en la vida
política y social coincidiendo con el notable avance del proceso
industrializador durante la Restauración y la difusión de las organizaciones
obreras en Europa a través de la Internacional. En la defensa del proletariado
competirá con el anarquismo, a veces de manera muy dura, puesto que ambas
corrientes entendieron la lucha obrera de manera muy diferente.
Definiciones
Burguesía: Históricamente, los
burgueses son los habitantes de las ciudades, dedicados a actividades
mercantiles o industriales, pero desde Marx se identifica con la clase social
poseedora de los medios de producción que utiliza al proletariado como un
elemento mercantil (mano de obra asalariada) para conseguir una ganancia
gracias a su trabajo (plusvalía) con la que acumula capital. Desde la
Revolución Francesa se convierte en la clase dominante, identificada con el
liberalismo.
Proletariado:
Término acuñado por el marxismo para referirse a la clase social más baja
que en el capitalismo no es dueña de los medios de producción, por lo que solo
puede ofrecer su fuerza de trabajo, que es explotada por la burguesía, dueña de
esos medios de producción. Su condición de clase explotada le obliga a enfrentarse
con la burguesía para alcanzar su emancipación en un conflicto inevitable
denominado lucha de clases. Está formado por obreros y campesinos.
Poder Político:
En un sentido muy amplio, se entiendo por poder político aquel que organiza y
dirige una sociedad, estableciendo las normas y haciéndolas cumplir. En la
división clásica del poder legislativo, ejecutivo y judicial, el poder político
se referiría mas a los dos primeros (hacer leyes y gobernar). El origen de ese
poder se ha entendido de diferentes maneras (divino, hereditario, democrático,
etc.) a lo largo de la Historia.