Tras la muerte de Carlos II en 1700 se
inicia el conflicto sucesorio. Aparecen 3 aspirantes al trono español:
·
El archiduque Carlos
·
Jose Fernando de Baviera
·
Felipe de Anjou
En el primer testamento de Carlos II
declara heredero a Jose Fernando de Baviera el cual contaba con múltiples
apoyos internos sin embargo, tres años después Jose Fernando muere.
En el segundo testamento nombra sucesor
a Felipe de Anjou que al ser de facción felipista cuenta con la negación del
archiduque.
Es nombrado con la condición de que debe
jurar y respetar las leyes de los diferentes reinos y que nunca unirá las
coronas francesa e hispánica.
Hay una guerra civil entre la corona de
Castilla y la de Aragón además de una guerra internacional entre los felipistas
(Francia y corona de Castilla) contra los austracistas (Inglaterra, Alemania,
Holanda, corona de Aragón y más tarde Portugal)
Carlos representa la herencia de
Habsburgo, el mantenimiento de los fueros y reinos, cosa bien vista para la
corona de Aragón. En cambio Felipe viene de Francia, de un modelo político
diferente y absolutista, el cual lleva implícito la supresión de los fueros,
las libertades de cada reino y la centralización administrativa.
En 1701 comienza la guerra de sucesión,
cuando Luis XIV decide ocupar (en nombre de su nieto) Flandes y Milán queriendo
así mantener los derechos de su nieto al trono francés.
Se produce así un ataque ingles a la
península ibérica y la flota de indias y Portugal se adhiere a la causa
austracista.
Hasta 1707 las victorias son del bando
austracista lo cual hace que los ingleses se apoderen de Menorca y Gibraltar y
los territorios de la corona de Aragón apoyan a Carlos.
En 1707 se produce un punto de inflexión
en el rumbo de la guerra con la victoria felipista en Alemania.
En 1709 Luis XIV de Francia se retira y
empieza a negociar por separado las condiciones que le van a poner a España.
Las negociaciones se producen entre Alemania, Francia e Inglaterra, todos estos
movimientos bajo el desconocimiento de España.
En 1713 se firma la Paz de Utrecht que
supone la pérdida de territorios y el reconocimiento oficial de España de la
pérdida del monopolio americano.
El archiduque Carlos se retira de la
guerra en 1712 al preferir el titulo imperial a la corona Hispánica.
En 1714 las tropas borbónicas de Felipe
entran en Barcelona acabando con los últimos austracistas. En el tratado de
Utrecht Felipe de Anjou es proclamado rey y se pasará a llamar Felipe V, el
cual renuncia a los derechos del trono francés y a la unión dinástica de
Francia y España.
A favor de Inglaterra España pierde
Gibraltar y Menorca y le otorga el llamado: “Derecho de asiento de negros” el
cual le permite comerciar con esclavos negros desde África hasta América. Da
también “el navío de permiso” en el cual durante 30 años puede comerciar por un
valor de 500 toneladas con América.
A favor del imperio alemán pierde los
países bajos, Flandes, Milán, Nápoles y Cerdeña. A cambio el emperador Carlos
renuncia a los derechos del trono español.
España cede a Saboya, Sicilia.
A partir de este momento la política
exterior española se orientará en recuperar los territorios perdidos en Utrecht
y en proteger el comercio indiano. Felipe V suprime los fueron de la corona de
Aragón a partir de los decretos de Nueva Planta.
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