jueves, 14 de marzo de 2013

Comentario Manifiesto fundacional del Partido Socialista Obrero Español


[Análisis]
El texto es una fuente primaria, histórica-circunstancial, de carácter público y contenido político-social. Se trata del manifiesto fundacional del PSOE, dado  a conocer en julio de 1879. Su autor es colectivo, ya que se trata de los miembros fundadores del PSOE (médicos, obreros, tipógrafos), entre los que destaca Pablo Iglesias, líder y fundador del PSOE y la UGT (en 1888) y también primer diputado socialista que fue diputado en el congreso en 1910. Es un documento público cuyo destinatario es el proletariado, con la intención de analizar la sociedad de clases y dotar al partido de un programa político que les permitiera conseguir su objetivo principal: la emancipación de la clase trabajadora y la abolición de las clases sociales.
El texto recoge algunos de los principios del marxismo, base ideológica del PSOE. La idea principal, la cual se convierte en objetivo a perseguir, es la aspiración de la clase trabajadora a su emancipación y, con ello, la desaparición de las clases sociales. Comienza haciendo un análisis de la sociedad de clases, la cual consideran injusta debido a la existencia de una clase dominante o poseedora de los medios de producción, la burguesía, y una clase dominada económicamente por aquella, la clase trabajadora, lo cual es fuente de “esclavitud en todas sus formas”. Argumenta que esta desigualdad, además, viene respaldad por el hecho de que la burguesía monopoliza el poder político. Todo ello justifica dos aspiraciones por parte del proletariado: en primer lugar, la toma del poder –lucha de clases- como vía para conseguir su emancipación y, en segundo lugar, la transformación de la propiedad privada –“individual o corporativa”-, en propiedad colectiva, con el fin de conseguir una sociedad igualitaria en la cual no existan clases sociales.
[Desarrollo y explicación del problema histórico así como su contexto]
A pesar de la débil y localizada industrialización española del s. XIX, las duras condiciones de trabajo, las desigualdades sociales y la ausencia de legislación laboral generaron el surgimiento de un incipiente movimiento obrero que tendrá sus primeras manifestaciones en el 1/3 del s. XIX con la aparición de los conflictos luditas y agrarios, la recepción de las ideas del socialismo utópico y las primeras asociaciones de trabajadores de socorro mutuo (como la Asociación de Protección mutua de Trabajadores de Algodón creada en 1840). Pero el movimiento obrero, organizado y con conciencia de clase, surgirá a finales del reinado de Isabel II y especialmente a partir Sexenio Democrático cuando se reactive el movimiento obrero gracias al marco de libertad establecido con la Constitución de 1869. En 1870, se creó en Barcelona la Federación Regional Española de la AIT con una fuerte influencia anarquista que construyo federaciones. La división entre socialistas y anarquistas (gracias a la acción de un representante de este movimiento, Giuseppe Fanelli) opuestas a la participación política. En 1871, llego a Madrid Paul Lafargue, yerno de Marx, con el fin de impulsar la organización de grupos obreros de orientación marxista. La federación madrileña, marxista, fue expulsada en 1872, formando la Nueva Federación Madrileña, germen del PSOE. De este modo se reproduce en España el enfrentamiento ideológico dentro del movimiento obrero entre las posiciones anarquistas (huelga general como arma fundamental del proletariado, apoliticismo, desaparición del Estado, acción directa, etc.) y las marxistas (toma del poder político, dictadura del proletariado, Estado fuerte dirigido por la clase obrera, etc.).
Durante la Republica (1873-4), se extendió y radicalizó el movimiento obrero, pero la ilegalización de las asociaciones obreras con la Restauración Borbónica en el marco de la Constitución de 1876, supuso una fuerte represión de estas y su refugio en la clandestinidad. Es en este contexto, cuando el ferrolano Pablo Iglesias que, en 1870 había ingresado en la sección de tipógrafos de la AIT de Madrid, se convierte en miembro de su Comité Federal. Tras unos contactos previos, el 20 de julio de 1879, en Madrid 40 personas obreros tipógrafos en su mayoría y algunos intelectuales, encabezados por Pablo Iglesias firman el manifiesto fundacional del PSOE. Utilizan un semanario en 1886, El Socialista, para difundir sus propuestas. El recién creado partido, al igual que otros partidos socialistas europeos (SPD alemán fundado en 1875), se define como marxista y revolucionario. El punto de partida es la injusticia que genera la sociedad capitalista. A los privilegios de la burguesía oponen la situación de la clase trabajadora a la que consideran sin derechos y sin poder político que se ocupara de sus necesidades. Con la necesidad de diferenciarse del discurso y estrategia anarquista (ambos coinciden en la emancipación del proletariado y el igualitarismo) hacia el cual se inclinaban la mayor parte de los trabajadores, entendían que la emancipación de los trabajadores pasaba por la creación de un partido obrero capaz de hacerse con el poder político y, a partir de ahí, construir un Estado fuerte (dictadura del proletariado, según definió Marx en la I Internacional) que se apropiara de todos los medios de producción (desaparición de la propiedad privada) y diera paso a una nueva sociedad sin diferencias de clase (comunismo).
Para alcanzar esta democracia obrera que diera un paso al comunismo era necesario sensibilizar al trabajador para la lucha tomando conciencia de sus posibilidades. Esta lucha estaría apoyada por el sindicato marxista UGT (Unión General de Trabajadores), creado en 1888 en Barcelona por 42 delegados, entre ellos Pablo Iglesias. El sindicato acabaría aproximándose al PSOE (todo afiliado a la IGT debía estarlo al PSOE y viceversa), llegando a coincidir los líderes de ambas organizaciones, de forma que el partido llevaría la iniciativa política del socialismo y el sindicato la defensa de los intereses laborarles de los trabajadores. Entre las reivindicaciones políticas de los socialistas aparecen cuestiones como la defensa del derecho de asociación, la libertad de prensa, voto universal, abolición de la propiedad privada, etc. Y laborales, como la reducción de la jornada de trabajo a ocho horas o la prohibición del trabajo infantil.
Los primeros núcleos socialistas importantes surgieron en Madrid, Asturias, Vizcaya y Málaga. En otras zonas industriales, como Cataluña o Levante, así como entre los campesinos de la mitad sur de la Península, el dominio fue siempre anarquista (organizados desde 1881 en la Federación de los trabajadores de la Región Española)
A pesar de definirse como revolucionarios, siempre mantuvieron posiciones bastante prudentes y moderadas que les permitieron llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas como los republicanos. A comienzos del siglo XX, los socialistas conseguirían obtener sus primeros cargos como concejales y en 1910, su primer escaño en el Congreso (el de Pablo Iglesias, gracias a la llamada Conjunción Republicano-Socialista), alcanzando lentamente una mayor presencia pública y un incremento de afiliados. Sera durante la Segunda Republica y la Guerra Civil cuando el partido alcance un notable protagonismo.
En resumen, este manifiesto representa el nacimiento del primer partido obrero de carácter marxista en España, una corriente ideológica que tendrá una presencia cada vez mayor en la vida política y social coincidiendo con el notable avance del proceso industrializador durante la Restauración y la difusión de las organizaciones obreras en Europa a través de la Internacional. En la defensa del proletariado competirá con el anarquismo, a veces de manera muy dura, puesto que ambas corrientes entendieron la lucha obrera de manera muy diferente.
Definiciones
Burguesía: Históricamente, los burgueses son los habitantes de las ciudades, dedicados a actividades mercantiles o industriales, pero desde Marx se identifica con la clase social poseedora de los medios de producción que utiliza al proletariado como un elemento mercantil (mano de obra asalariada) para conseguir una ganancia gracias a su trabajo (plusvalía) con la que acumula capital. Desde la Revolución Francesa se convierte en la clase dominante, identificada con el liberalismo.
Proletariado: Término acuñado por el marxismo para referirse a la clase social más baja que en el capitalismo no es dueña de los medios de producción, por lo que solo puede ofrecer su fuerza de trabajo, que es explotada por la burguesía, dueña de esos medios de producción. Su condición de clase explotada le obliga a enfrentarse con la burguesía para alcanzar su emancipación en un conflicto inevitable denominado lucha de clases. Está formado por obreros y campesinos.
Poder Político: En un sentido muy amplio, se entiendo por poder político aquel que organiza y dirige una sociedad, estableciendo las normas y haciéndolas cumplir. En la división clásica del poder legislativo, ejecutivo y judicial, el poder político se referiría mas a los dos primeros (hacer leyes y gobernar). El origen de ese poder se ha entendido de diferentes maneras (divino, hereditario, democrático, etc.) a lo largo de la Historia.

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